La confianza o su ausencia, es uno de los principales problemas en los procesos de evaluación del aprendizaje sobre todo, en la educación a distancia, como lo comenta Valenzuela (2007, citado en Lozano).Tradicionalmente la única forma de evaluar el aprendizaje de los alumnos es a través de conductas observables y éstas sólo se pueden observar cuando uno tiene a la persona cara a cara. La educación a distancia debe sortear esta premisa, por lo que se apoya en diversas formas de evaluar, las cuales se muestran en el cuadro 1 (siguiente entrada, doble clic a la imagen).
Desde una perspectiva institucional, la selección de formas de evaluar está en función de los criterios curriculares para emitir una certificación y su valor (credibilidad y legitimidad) en un contexto social y si lo vemos desde la perspectiva docente, es importante considerar el diseño del curso y la manera en que sea posible evaluarlo.
No hay que olvidar la metaevaluación, que de acuerdo con Valenzuela (2007, citado en Lozano), es una reflexión crítica y autocrítica sobre la forma en que los profesores buscan apreciar el grado en el que sus alumnos han logrado los objetivos de aprendizaje.
La educación a distancia se apoya fuertemente en las plataformas tecnológicas, ya que son una herramienta que permite llevarla a cabo de manera organizada y con una gran cantidad de recursos disponibles tanto para maestros como para alumnos, sin embargo, algunas de ellas están limitadas en cuanto a los recursos de evaluación que ofrecen. Docentes y desarrolladores de software deben acercarse y conocer el trabajo de ambos, sus necesidades y establecer un canal de comunicación abierto que culmine con productos evaluadores de calidad.
Finalmente, se establece que el proceso de evaluación tiene dos propósitos fundamentales:
1. Servir como medio para facilitar en los alumnos el logro de objetivos de aprendizaje y,
2. Asegurar a la sociedad que los alumnos han alcanzado dichos objetivos.
Prácticas de tutoría en educación a distancia.
La tutoría en línea es un proceso de enseñanza-aprendizaje en el que un docente, maestro, asesor, facilitador, instructor o tutor acompaña, monitorea, da seguimiento, guía y retroalimenta a los estudiantes o participantes de un curso académico o de educación continua, ofrecido en la modalidad de educación a distancia. (Lozano C., 2007 citado en Lozano 2007).
Cuando un profesor va a “dar clases” en la modalidad a distancia, debe capacitarse en aspectos tales como:
1. Qué son los cursos en línea.
2. Cómo aprende un alumno de un curso en línea.
3. Uso de la tecnología para la educación mediada por computadora.
4. El modelo educativo de la institución donde será tutor; estrategias didácticas, componentes y recursos que conforman dicho modelo.
5. Cómo retroalimentar al alumno con calidad y calidez.
6. Procesos docentes, tecnológicos y administrativos.
La función principal del tutor es atender, dar seguimiento y retroalimentar los avances en el proceso de aprendizaje de sus alumnos. Se debe lograr empatía, cercanía psicológica para que el alumno logre percibir la preocupación del docente por su curso y por su aprendizaje. La comunicación debe ser continua, personalizada y cálida, en razón de que la parte emocional-afectiva-social de la educación juega un papel de suma importancia como motivación del alumno hacia el curso y hacia su propio aprendizaje.
El trabajo de tutoría debe evitar que el alumno se sienta “solo” en el ciberespacio. El tutor debe compartir sus conocimientos y experiencias, así como promover discusiones críticas. La falta de acompañamiento y empatía puede provocar que el alumno no se sienta cómodo y lo refleje en su rendimiento o incluso que abandone el curso.
Harasim (1997, citado en Lozano), propone algunas sugerencias para el tutor como facilitador de un curso en línea:
- No dé una conferencia en un foro de discusión.
- Sea claro sobre las expectativas que se tienen como profesor y escuchar las expectativas y necesidades de sus alumnos.
- Sea flexible, paciente y empático.
- Sea sensible y muestre interés en sus alumnos y en el curso.
- No se sobrecargue de actividad.
- Monitoree y motive a los alumnos para la participación.
- Forme pequeños grupos y asigne tareas relevantes para su aprendizaje y comprensión del tema de estudio.
- Sea un facilitador del proceso.
- Escriba comentarios una o dos veces por semana que sinteticen las ideas de los mensajes colocados por los alumnos.
- Organice la interacción.
- Establezca reglas y estándares para los buenos modales en la red.
- Establezca normas claras para la participación.
- Asigne el rol del maestro y del moderador.
- Cierre y limpie las conferencias o foros de discusión cuyos periodos ya terminaron.
- Adopte una aproximación flexible hacia la integración del currículum en redes globales.
Para incursionar en la educación a distancia en línea, el tutor debe tener habilidades de comunicador por escrito bien probadas.
Concluyendo este apartado, Lozano C. (2007 citado en Lozano 2007), nos dice que la meta del tutor es lograr que se cumplan los objetivos de aprendizaje del curso y que el alumno se sienta satisfecho con éste y con la calidad y calidez en el seguimiento y retroalimentación brindada a lo largo de la asignatura en cuestión.
Los medios, la tecnología y su selección en educación
Al hablar de medios nos referimos a los medios de comunicación, los cuáles se pueden apoyar en la tecnología (algo físico que no comunica nada), para ser transmitidos. De acuerdo con Bates (2003), se distinguen cinco medios educacionales primarios: 1. Contacto cara a cara, 2. Texto (incluye gráficas), 3. Audio, 4. Video y 5. Medios digitales; los cuales representan distintos sistemas de símbolos o formas de mediar e interpreter el conocimiento.
A excepción del contacto cara a cara, cada medio anterior puede ser transmitido mediante diversas tecnologías. Bates (2003), destaca la capacidad de comunicarse interactivamente durante el proceso educativo al utilizar los medios de comunicación, en especial los digitales como el Internet.
En educación a distancia en línea el uso del Internet es básico, ya que es una herramienta que nos permite establecer contacto, aunque sea de manera virtual, mediante el cual se establecen interacciones positivas y de aprendizaje. Lo que en el pasado se asumió como la manera de educar formalmente bien en el aula, interactuando cara a cara, dio un salto hacia el futuro, el hoy, aquí y ahora, mediatizando el proceso de enseñanza aprendizaje con el uso de la Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Al planear un curso en línea, el docente debe seleccionar los medios y las tecnologías que permitirán alcanzar los objetivos planteados, al respecto Bates (1988 citado por Bates, 2003), expone una serie criterios a considerar para realizar lo anterior, cuyos pasos nos dan el acrónimo ACTIONS (acciones):
A cceso
C ostos
T eaching and learning –Enseñanza y aprendizaje-
I nteractividad y facilidad de uso
O rganización
N ovedad
S peed –velocidad-
A este modelo de selección, se le agregó un criterio y se amplió otro, quedando con el acrónimo SECTIONS (secciones):
S tudents –estudiantes-, se cambio por Acceso
E ase of use and reliability –facilidad de uso y fiabilidad-, se complementa con Interactividad
Finalmente se señala que la organización de la enseñanza en línea es muy importante y que cuando se apoya en plataformas tecnológicas que ofrecen la opción de abrir foros de trabajo o discusión, en los cuáles, además de ser posible su estructuración de acuerdo a los objetivos y contenidos del curso, la metodología, las actividades y el número de usuarios, es importante observar reglas de comportamiento y ética en línea al interactuar con los tutores y los compañeros.
Referencias:
Bates, A., y Poole, G. (2003). Effective teaching with technology in higher education. San Francisco Ca., EUA. Jossey-Bass.
Lozano, A. y Burgos J. (2007). Educación a distancia y nuevas tecnologías en Tecnología Educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa.
